Barrotes limados y una sierra oculta: la increíble fuga de Lepifán y Domínguez
Así se escaparon el peligroso delincuente de Trelew, que había sido recapturado en Neuquén, y su cómplice de Puerto Madryn. Creen que todos los presos del pabellón limaron los barrotes en tiempo récord. Al parecer planeaban fugarse todos pero uno de ellos quedó atascado y los delató
El lunes a las 20 horas, los guardias descubrieron que habían limado los barrotes del pabellón N° 3, donde había 15 presos alojados pero faltaban dos de ellos: Waltar “Coma” Lepifán, de Trelew, a quien habían recapturado hace poco, y Ezequiel Domínguez, de Puerto Madryn.
Al principio a los guardias les llamó la atención la ropa que había colgada en el techo. Al rato hubo un tumulto: uno de los presos había quedado atascado entre los barrotes. La apertura no era lo suficientemente grande como para que pasaran todos.
De haber tenido el tiempo, podrían haberse fugado más de ellos. Aun así, limaron barrotes de 12 milímetros en tiempo récord. Al requisar el pabellón encontraron una sierra oculta entre los colchones. Ahora investigan cómo pudieron haberla ingresado.
Lepifán, de 45 años, procesado por un robo agravado en Puerto Madryn, había cruzado un salón y saltado un paredón alambrado de tres metros para volver a pisar las callesde Trelew y recuperar la libertad.
El peligroso delincuente había sido capturado en Neuquén, una tarde fría de abril, cuando circulaba en un Ford Focus con una mujer y dos menores. Allí había reconstruido su vida tras haberse fugado de Trelew en enero.
Entonces alguien llamó a la misma Alcaidía y sopló que lo habían visto cruzar de Cipoletti a Neuquén, donde había conseguido una casa.
Lepifán fue alojado en la Alcaidía y no en el Instituto Penitenciario de la Ruta 3 porque se encuentra procesado por un robo a un contador de 71 años de Puerto Madryn.
El otro prófugo, Domínguez, de 28 años, cumple una condena por robos ocurridos en la ciudad portuaria y se supone que debía salir en 2026. El detenido tenía permitido salir los domingos.
El viernes pasado, hicieron un paneo general de la Alcaidía pero no encontraron nada extraño. Nada hacía presagiar que podía llegar a suceder una fuga.
El lunes a la tarde, cuando la cárcel estaba en silencio, Domínguez y Lepifán atravesaron los barrotes y saltaron los muros alambrados.
Ambos se volveron invisibles en esos metros que recorrieron hasta su libertad.
Ahora los buscan por todas partes.
Podrían estar ocultos en algún lugar, a punto de cruzar la frontera.
Fuente: diariojornada