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Causa por mala praxis: para la querella, la justificación de los médicos “es una absoluta mentira”

Nicolás Schick, abogado de la paciente que sufrió la extirpación de su riñón derecho cuando debían remover un tumor de su riñón izquierdo, habló en Cadena Tiempo sobre la sentencia que esperan que se aplique contra los médicos involucrados.

Esta semana, una causa por mala praxis en Puerto Madryn causó gran conmoción en todo el país luego de que se conociera que a una mujer de 61 años que se había sometido a una cirugía de remoción de un tumor en su riñón izquierdo, le extirparon el riñón derecho que estaba completamente sano.

Debido a las múltiples consecuencias físicas y psicológicas que sufrió, la paciente avanzó junto a su familia con denuncias en contra de los médicos involucrados, el urólogo Jorge Bresser, su doctor colaborador Martín Piana y el Sanatorio de la Ciudad SRL en el que ocurrió el hecho.

En diálogo con el programa Fuera de Hora de Cadena Tiempo, el abogado de la denunciante Nicolás Schick detalló cómo se desarrolló la mala praxis, el avance que hubo en la causa judicial por daños y perjuicios, y la sanción que esperan que el juez aplique contra los responsables.

“La intervención quirúrgica fue rara. La mala praxis sucedió específicamente el día 24 de abril del 2017. Desde el mes de enero de ese año, Aída (la damnificada) empezó a tener problemas en su riñón, se hace los estudios correspondientes y se entrevista con un urólogo quien, luego de los análisis, le determina que tiene un tumor en el riñón izquierdo que tenía que ser extirpado”, comenzó Schick. 

Para avanzar con la intervención, “se cumple con todos los protocolos quirúrgicos, dentro de ellos el más importante que es el consentimiento informado; que es una especia de aviso y aclaración que se le hace al paciente sobre el tipo de intervención que se le va a hacer y analizando la estrategia que se va a utilizar en el quirófano. Ese consentimiento estaba focalizado en el riñón izquierdo que es el enfermo”, aclaró.

“En esas condiciones, ella se presenta en el Sanatorio de la Ciudad en Puerto Madryn donde le hacen la intervención. Finalizada la misma, se despierta y siente un dolor muy agudo e intenso en la zona baja derecha de su espalda. No entendía que sucedía y a raíz de eso, su hijo que estaba con ella se pone nervioso y empieza a preguntar qué había pasado. Nadie le quería dar respuesta, hasta que le reconocen lo que era obvio: que le habían hecho la extirpación del riñón sano y no del enfermo”.

Sobre el justificativo presentado por Bresser sobre la presencia de una afección en el órgano sano, el abogado de Aída contrapuso que “no había ninguna patología previa, y en el consentimiento informado no se habló en absoluto sobre el riñón derecho. Estaba toda la operación dirigida solamente hacia el riñón afectado. No había ninguna razón para que los médicos incurran en semejante error”.

Continuando, resaltó que la defensa de los denunciados “es una absoluta mentira, porque alguien especializado podría haber detectado que el riñón que habían sacado estaba sano, y se lo volvían a colocar. Pero ni eso hicieron”, agregando que la denuncia se hace en base a “la responsabilidad médica que es lo que se llama una responsabilidad de medio, en donde los médicos tienen que aplicar todos los conocimientos necesarios para que el resultado de la intervención se positivo. Ellos no tienen obligación de resultados, pero acá no se cumplió con la obligación de medios que es justamente seguir los diagnósticos claros”.

Como consecuencia de lo sucedido, Schick explicó que Aída sufrió una alteración total del ritmo de vida que tenía antes de la intervención fallida. “Está en una situación bastante triste, dramática y traumática innecesariamente, porque si se hubiera hecho la correcta operación ella podría seguir con su vida normal. Sin embargo, tiene que estar con el seguimiento de una nefróloga y muy atenta a cada sensación o molestia que sufre en su organismo, lo que genera una incertidumbre sobre qué va a pasar con su salud”.

Además del perjuicio físico sufrido, Schick explicó que también se le suma “la parte anímica, que está bastante difícil porque Aída ha caído en depresión; después de esto ella no volvió a ser la misma. Por toda su vida está atada a una situación que no fue un accidente”.

Para el hijo de Aída, hubo alteración en las evidencias

Respecto a los dichos del hijo de la paciente, quien apuntó a que los médicos alteraron las muestras del órgano extirpado para justificar su accionar y cubrirse legalmente, el abogado expresó que “es una típica maniobra que se observa en el detalle de la historia clínica, de que efectivamente hay ciertas inconsistencias. En lo profesional no me hace tanto ruido porque ya se hizo una pericia médica que lo advirtió claramente. Es obsceno lo que hicieron, entonces no hay tampoco grandes elementos para dudar de lo que pasó”.

Debido a que el juicio en desarrollo se realiza en el marco del derecho civil, la damnificada y su familia piden “sobre los médicos y el sanatorio una sanción ejemplar, una figura tomada del derecho norteamericano que es el daño político. Cuando suceden este tipo de situaciones aberrantes que son absolutamente previsibles, se busca sancionar de manera económica y ejemplar que sirva para el resto de las víctimas que sufren este tipo de situaciones, y para los médicos también. Quiero aclarar que esto que pasó no es algo típico, pero lamentablemente sucede”.

En esa línea, especificó las responsabilidades que le competen a cada uno de los denunciados. “Acá hay un médico, el doctor Bresser, que se encargó de hacer todos los estudios previos y los análisis con los que comprobó la existencia del tumor. Él deriva a su equipo, integrado por el doctor Piana que lo manejaba, donde informa lo que se tenía que hacer. El equipo y las instrucciones fallaron, y ni Bresser ni Piana hicieron algo para evitar esto”.

Asimismo, está “el sanatorio que tiene una obligación de seguridad, cuidado y asistencia. Justamente es un establecimiento sanitario donde la salud es la principal obligación que deben proteger, y además cobran. Esto no lo hicieron gratis. Por eso también están demandados”.

Por todo lo mencionado, apuntan a que se aplique un resarcimiento económico, cuyo “monto lo va a determinar el juez. Nuestro objetivo es que haya una reparación para que la familia pueda volver a tener cierto estándar de vida y el daño sea reparado. La salud no se la van a devolver, pero ellos por lo menos pueden volver a tener una vida tranquila”.

A la espera de la sentencia

Luego de seis años de trabajo en conjunto y una nueva realidad para la paciente damnificada, el juicio se encuentra en las instancias finales. Como motivo del retraso en el juicio, Schick apuntó a que “tomó mucho tiempo porque fue muy difícil poder notificar a los médicos, sobre todo a Bresser; porque han modificado los domicilios, hicieron alteraciones permanentes del lugar donde vivían asique cada vez que les llegaba la demanda ya era tarde y se perdían”.

Para su sorpresa, a raíz de este caso aparecieron muchos vecinos de la localidad portuaria que le comentaron que “habían sido atendidos por el doctor Bresser y que esto si bien los sorprende, no les parece inimaginable porque no han tenido resultados favorables”.

Desde el equipo legal, se estima que la sentencia “debería salir dentro de treinta días hábiles. Son poco y nada los Juzgados que respetan los plazos”, y aproximadamente para mediados de septiembre se podría conocer el fallo. “Ojalá que sea así y salga bien”, concluyó el abogado.

Fuente: diariojornada

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